Qué tendrá el Norte que tanto me llama, quizás sus meigas me hayan lanzado un hechizo. Algo me dice que acabaré allí, entre sus verdes praderas.
La tranquilidad de sus valles, la llubia purificadora de almas, la nieve uniforme de gala del invierno. El silencio, la calma, su aroma a hierva fresca, su color verde esperanza.
Sus rios y la mar, la comida y la bebida, sus pueblos y tradiciones. La fauna y su flora.
Lo es todo, es algo que me llama a voces, que tira de mi. Es algo que me atrapa.
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